Situaciones absurdas

Lo que me enseñó el gallo fugitivo

Confesaré que he hecho una cosa muy buena que se ha convertido en algo muy malo. Veamos. Resido en el campo en una enorme finca cerrada con seto alto y por esas cosas del destino, cuenta con un gallinero con seis gallinas y un gallo.

 El gallo es un atrevido y bastante pendenciero y un buen día desapareció. Cosa sorprendente, porque el vallado es alto y las gallinas no le acompañaron. El caso es que lo buscamos por la finca infructuosamente y llegamos a la conclusión, peregrina pero no había otra explicación, de que un ave rapaz había bajado en picado y lo había capturado y llevado al cielo de las aves (en el doble sentido de la expresión).

Al día siguiente cuando tecleaba en mi ordenador pude escuchar un ki-ki-ri-kí inconfundible, así que busqué la fuente del canto y tras escudriñar por el seto, descubrí que el gallo estaba en la finca del vecino. Rápidamente acudí allí y tras perseguirlo, conseguí traerlo de vuelta, no al redil, sino al gallinero. Las gallinas le recibieron con el alborozo de los reclusos al evadido que ha sido capturado.

Parecía que había final feliz, pero al día siguiente por la tarde, volvió a desaparecer el gallo. Pero esta vez ni estaba en la finca del vecino ni se le escuchó cantar. Era un misterio para Hércules Poirot y nuevamente se planteaba la hipótesis del ave rapaz, o incluso la de otro vecino que pudiera estar molesto por el canto matinal. Pero casi al filo de la medianoche, tras escucharse un ruido en el porche, ahí afuera estaba el gallo despanzurrado, abierto casi en canal y sin sangre.

En ese momento, la sorpresa fue enorme y se cambió en preocupación. ¿Era aquello un rito de brujería?,¿Acaso algún vecino con fuerza de lanzador de martillo había arrojado el gallo hasta allí?, ¿Habría algún merodeador dentro de la finca?

Tras una ráfaga larga con linterna, acompañado de mi perro pastor belga, nada extraño se veía.

Tras una noche de sueños inquietos, el misterio quedó aclarado a la mañana siguiente. Un montón de plumas al pie del árbol favorito para descanso del pastor belga.

Pues bien, este sucedido me provoca reflexiones y enseñanzas para la vida.

La fuerza del instinto. Un pastor belga doméstico, tranquilón y bien alimentado, mató y se merendó al gallo. Aquí se abren varias explicaciones: ¿hambre?, ¿celo de vigilante para que no escapase?, ¿celos porque el gallo era apreciado por sus amos?, ¿gallicidio negligente porque el perro solo quería jugar?

Creo que fue instinto animal. Me recordó el cuento del escorpión y la rana. El escorpión le pide ayuda a la rana para cruzar el río, y ésta le propone que se suba a su espalda, sin temor, puesto que el escorpión le promete que no le picará con su aguijón, porque entonces los dos perecerían ahogados. Cuando están en medio del río, el escorpión le pica, y ante el angustiado ¿por quééé? de la rana, le replica el escorpión cuando se hunden:«Lo siento, era mi instinto».

Las paradojas de la vida, “cruel y canalla, a veces te da ron y a veces cazalla” (Sabina, dixit). Un día se le salva la vida al gallo y se le devuelve a su gallinero para que el día siguiente sea ajusticiado. Hoy somos felices y mañana estaremos tristes; la vida es una sucesión de altibajos que escapan a nuestro control (lo que sí podemos decidir es nuestra actitud para encararlos).

Nada hay seguro. El incidente me recordó la paradoja del pavo del filósofo Bertrand Russell. Un pavo recibe atenciones cada día, con deliciosa comida y gusanos de su amo. Todos los días toca holganza y pitanza, y la lógica del pavo le dice que cada día que amanece le espera igual rutina. Sin embargo, llega el 24 de diciembre, y el pavo es servido de comida de Navidad tras retorcerle el pescuezo, desplumarlo y asarlo. O sea, que las cosas sean de un modo, cotidiano y reiterado, no excluye que cambien.

La culpa. ¿Debemos sentirnos culpables los amos por haber expuesto al gallo o por haber dejado suelto al perro?, ¿o vista la cantidad de pollo que tomamos con indiferencia y en variado formato-filete, hamburguesa, etcétera, no deberíamos lamentarnos?

No condenar sin escuchar. ¿Acaso medió provocación del gallo, con su pico y espolones?, ¿Estaba el pastor belga durmiendo plácidamente y sufrió un picotazo en su nariz o molesto aleteo?, ¿invadió el gallo su territorio?, ¿intentó el perro apartar al gallo de un peligro mayor y se excedió con la mordida? Hasta los perros merecen la presunción de inocencia.

A veces es mejor no decir ni pío. Si el gallo no hubiese cantado el primer día de su fuga, ahora seguiría vagabundeando, pero vivo. Por la boca muere el pez, y por el pico, el gallo.

Hay que vigilar las malas compañías. Mucho jardín, y el gallo podía quedarse en el recinto en compañía de las gallinas, pero optó por pavonearse o aproximarse al perro. Y ya lo dicen en África, pueden pasear juntos la gacela y el león, pero procure correr más la gacela.

Si se sale de la zona de confort, cuidado con los riesgos que acechan. El gallo podía ser el rey del gallinero, sin saltar la valla, pero quiso arriesgarse a conocer mundo… y el mundo le comió. Moraleja: El que se mueve puede que no salga en la foto.

Lo que está claro es que el gallo no era un gallo de pelea y yo soy mal criador de perros.

Ni que decir tiene que este post cumple una especie de terapia porque el incidente te hace sentir culpable. Al fin y al cabo, la vida del gallo merecía ser vivida y no interrumpida, menos de forma tan truculenta, y menos cuando el papel del granjero es responsabilizarse del animalito que en su corta vida no solo no hacía nada malo sino que alegraba con su canto. No volverá a suceder.

2 comentarios

  1. ¿Has pensado que igual era la reencarnación del jurisconsulto romano del mismo nombre (yo soy más de Papiniano) y que tuviste al lado ius publice respondendi? Cuando te miraba altivo en realidad te compadecía por estudiar la Ley de Contratos. Intuyo que no pudo resistir la actual ingeniería legislativa y optó alíenis iuris voluntariamente por pasar a otro nivel de la escala evolutiva. Que oportunidad perdida de debatir los grandes principio del derecho.

    Me gusta

Gracias por comentar con el fin de mejorar

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.