Personajes con huella

En la sabia compañía de un campeón mundial

Tuve ocasión el pasado jueves, 12 de octubre de 2023, de asistir a un almuerzo distendido en Tineo contando con la presencia del Maestro de ajedrez búlgaro y excampeón del mundo Veselin Topalov, su entrenador Silvio y Carmen, la esposa de éste. Un trío entrañable.

Además, como no, un puñado de buenos amigos, porque las comidas sin ellos son menos nutritivas. Entre ellos, mi colega ajedrecista de juventud, Carlos Juan González, presidente de la Fundación Automáticos Tineo, quien gentilmente patrocinó el encuentro, y como no, con mi compadre de mil aventuras, Antonio Arias Rodríguez, quien fue campeón de Asturias de ajedrez en su día.

No se tiene siempre la ocasión de estar codo a codo, botella a botella, compartiendo chuletón, con un excampeón del mundo y nada menos de una disciplina tan universal y tan respetada como es el ajedrez.

Como tuve ocasión de comentar, en la presentación del inicio de las simultáneas que ofreció el campeón, el ajedrez es juego, divertimento mental y ejemplo de lealtad. Es juego, en tiempos en que por desgracia los conflictos se zanjan con guerras. Es juego con la mente, lo que es saludable en tiempos en que lo material impera. Y se juega desde la lealtad a unas reglas, en tiempos en que parece que las normas no importan, que no hay espacio para respetar espacio ni opiniones ni valores ajenos.

Por eso, creo que el ajedrez es una sencilla respuesta para alzar un modo de entender la vida y facilitar el desarrollo de la personalidad. No la única, claro. Los libros son la gran respuesta (al menos para mí, aunque creo que no tendré tiempo para leerlo todo ni para recordar lo leído).

Al margen de lo que digo, fruto de cierta ira que me invade al contemplar lo que está pasando en la franja de Gaza, me permito comentar las luces de ese encuentro con nuestros tres maravillosos visitantes, afables y buenos conversadores (Carmen, Silvio y Veselin).

Pues bien, en el restaurante Casa Lula (por cierto, viandas memorables), Veselin demostró una cercanía y grandeza admirables. Nos ofreció anécdotas, compartió mantel con nosotros, y nos brindó sonrisas sinceras, con mirada limpia, aunque eso sí, con ojos de pantera penetrantes que, si te cruzan la mirada con un tablero por medio, te sobrecogen porque sabes que tras esos ojos hay un cerebro prodigioso que calcula estrategias y combinaciones, sin perder la serenidad.

Dejo para mí numerosas anécdotas, pero comentaré dos simples detalles que retratan a Veselin.

Primero, durante el almuerzo le pregunté si en estas decenas de años de ofrecer partidas simultáneas a grupos de entre diez y treinta personas, si en alguna ocasión alguien había tramposamente cambiado de posición alguna pieza mientras el maestro seguía su ronda hacia otros tableros. Veselin me contestó sonriendo:

«Alguno puede haberlo hecho, pero no le digo nada, le miro, sigo jugando…y le venzo».

Segundo, ofreció las simultáneas en el polideportivo frente a diez jugadores asturianos, entre ellos, el campeón de Asturias. El resultado fue que ganó en nueve partidas y en una hizo tablas… con el niño de doce años.

Veselin en ningún momento se mostró altanero o soberbio. Quien venciese al célebre Arturo Pomar en la última partida que jugó públicamente en 1992, quien ganase a Kasparov en la Olimpiada de 1994 y en 1999, quien sigue siendo ajedrecista de élite y está actualmente entre los mejores del mundo, mostró que se puede ser oficial y caballero, maestro y aprendiz de la vida, inteligente y amable… Por eso me atreví a ofrecerle a los postres un consejo:

«Maestro, son las 16:15 horas. A las 16:30 horas estarás enfrentado a diez jugadores nerviosos y preparados para batirse contigo. No tienen nada que perder, pero mucho que ganar si te vencen. Nos hemos tomado un pote de berzas, un chuletón, chosco con patatas, ensalada de ventresca… todo regado con buen vino tinto… Mi consejo sería que en el futuro jamás aceptes una invitación para ofrecer simultáneas por la tarde, pues la siesta es sagrada y deseable después de un ágape de esta naturaleza». Y añadí, que en esas condiciones: « tiene mucho mérito, no ya vencer en la partida de ajedrez, sino conseguir no dormirse de pie».

La sencillez de Veselin, me recordó la del escritor Jorge Luis Borges, cuando le dijo un admirador:”Usted es un genio” y le replicó: “No crea, son calumnias”. O cuando otro le dijo: “Debería ser inmortal”, y le replicó: “No sea usted pesimista”.

En fin, soy consciente de que mi vida es más aburrida que la de Keith Richards, pero en ocasiones así, siento un relámpago de vitalidad, de confianza en el ser humano y sana admiración por los grandes que saben llevar la corona de la grandeza.

2 comentarios

  1. Fue una magnífica reunión, en efecto. Durante la presentación al día siguiente en su reunión con los ajedrecistas asturianos en el Club de Prensa del diario La Nueva España pregunté a su eterno entrenador Silvio Danailov, cómo era aquella vida a principios de los 90 dónde recorrieron toda España jugando torneos Open de ajedrez y ganando puntos Elo en cada uno de ellos. En efecto, Silvio nos comentó como con su destartalado Citröen recorrieron todas las ciudades de la península , donde ganó muchos torneos abiertos, lo que permitió entrar en la élite mundial a Veselin Topalov. Una hazaña- que podemos comparar para los no iniciados en el ajedrez- como obtener un Grammy tocando en romerías. Una proeza sin igual que recrea la serie Gambito de Dama cuando madre e hija viajan por las autopistas … los aficionados lo saben y valoran tanto al entrenador Silvio como al campeón Veselin. Un lujo tenerlos a los dos 30 años después de tan descomunal hazaña. Links de la visita:

    https://www.lne.es/oviedo/2023/10/14/veselin-topalov-talento-subir-debes-93320965.html

    https://www.lne.es/occidente/2023/10/13/veselin-topalov-excampeon-mundo-ofrece-93269800.html

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  2. Yusuf III (1376 – 1417 fue un rey nazarí de Granada. Sucedió a su hermano Muhammed VII tras su muerte y ocupó el trono entre 1408 – 1417. Una partida de ajedrez lo hizo posible. Esta es la historia.

    Muhammad, hijo de Yusuf II, encabezó una insurrección contra su padre, que terminó con la muerte de éste en extrañas circunstancias y su proclamación como rey.
    Siendo ya rey, para evitar sufrir en carne propia alzamiento familiar alguno, ordenó que su hermano Yusuf fuera encarcelado indefinidamente en el castillo de Salobreña.
    Pero, comoquiera que tenía descendencia y quería nombrarla heredera del trono, finalmente, dictó sentencia de muerte contra su hermano.
    Cuando el emisario llegó al castillo el prisionero estaba jugando una partida de ajedrez con el alcaide, quien, tras leer el mensaje, se lo mostró a Yusuf y le dijo que tenía que cumplir lo ordenado.
    Sin embargo, el condenado pidió como último deseo poder terminar la partida, a lo que el alcaide accedió.
    El juego se prolongó durante varias horas hasta que, con el movimiento de un alfil, Yusuf dio jaque mate.
    A continuación, cuando se procedía a ejecutar la sentencia, llegó un mensajero anunciando la muerte de Muhammad VII y la proclamación de Yusuf III como nuevo rey de Granada, cargo que desempeño hasta su muerte.

    La vida es como el ajedrez: cada decisión que tomas es una jugada que define tu futuro. Y, como sucede en aquélla, una vez terminado el juego, rey y peón vuelven a la misma caja (proverbio italiano).

    P.D. Qué fresca y agradable resulta su escritura cuando se deja llevar por la alegría. Es tan entusiasta, jovial y convencida que nos hace sentir como propios esos disfrutados momentos suyos de cercanía, admiración -hacia personas fascinantes con las que se cruza-, buena comida y compañía que transmite. Y, como de natural es generosa, saber aplicar con acierto ese dicho picassiano de que quien se guarda un elogio se queda con algo ajeno.

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