Hábitos saludables

Cómo descansar la mente y sentirse mejor

como relajarseVivimos un mundo turbulento. El trabajo, la familia, los vecinos, la política, la salud, el tiempo, algo que no encaja en nuestra vida cotidiana… todo nos rodea y nos implica. Y nuestra respuesta es percibirlo y reflexionar. Y si no podemos encontrar la respuesta o solución, nos sube la tensión y los pensamientos hierven, de un lado a otro, frenéticos.

Y es que la mente no para de pensar para buscar soluciones, que muchas veces no existen. Y sobreviene el estrés, la tensión, el malestar, y un afán de desconectar y evadirse. A veces los pensamientos negativos nos obsesionan y no se van («La vida es un asco»; «Me odian»; «fracasé»; «nadie me ayuda»; «Tengo mala suerte»; «no encuentro la solución», etc).

Quisiéramos que repose la mente, dejarla stand-by o en blanco. Solo creemos conseguirlo cuando dormimos, pero se trata de que estando despiertos el cerebro pase del modo «alerta» al modo «automático». Y hay varias maneras de conseguirlo, la mayoría evidentes pero que curiosamente nos empeñamos en «no tener tiempo» para ponerlas en práctica. Y hay que darse tiempo para uno mismo.

1. Meditar, cerrando la boca y respirar lenta y profundamente por la nariz. No hace falta ir a un centro de yoga, ni un especialista tibetano: basta estar cómodo en un sitio tranquilo, lejos de ruidos y personas. A veces una sencilla quietud basta para que la mente se aletargue. Muy importante tener los ojos cerrados ya que cuando están abiertos no pueden dejar de analizar y percibir estímulos visuales que son procesados.

2. Visualizar lugares, viajes y compañías placenteras. Jugar con escenas y dejar ir la imaginación sin rumbo.

3. Practicar deporte con intensidad. La atención física, con rutinas deportivas, consigue distraer a la mente para poder atender las exigencias del esfuerzo y libera endorfinas.

baño4. Un baño en vez de la rápida ducha, ayuda a relajarse si se toma sin límite de tiempo. Si además se juega con espuma y se acompaña de música suave, el relajo está servido.

5. Realizar actividades poco complejas y con lentitud: escuchar música no estridente tumbados en el sofá, leer un libro, pintar, etc.

6. Tumbarse en un sofá, con la cabeza sobre un almohadón. No hace falta meditar ni ejercicio alguno. Solo sentir el cuerpo encajado en blandito y dejar que el relajo nos invada.

comidas que relajan7. Comer alimentos benéficos que propician la serotonina, como el chocolate negro, frutos secos, miel y la carne roja. También ayuda el té verde, y lo que no debe ingerirse son sustancias con azúcar que avivan la actividad cerebral.

8. Olfatear con atención. Oler flores, alimentos, libros nuevos o cualquier cosa que nos evoque sutiles recuerdos. Ocuparnos en los matices de los olores y sus analogías. Cerrar los ojos ayuda.

9. Evitar contactos sociales: apagar el teléfono móvil y desconectar el fijo, no conectarse con internet ni utilizar el ordenador que en sí mismo, condiciona la atención.

mirar el horizonte10. Mirar a la lejanía, al cielo, al sol, al bosque. Desde el campo o desde una ventana. Sin forzar la vista y dejarla juguetear con las nubes. O mirar el firmamento de noche. Resulta relajante. Y además gratuito.

11. Evitar la televisión, con sus sonidos, imágenes llamativas y ruido. Se trata de bajar la alerta de la atención.

12. Romper la rutina de levantarse y acostarse. Olvide los horarios y sea moroso o lento por una vez.

13. Organizar nuestro sistema de agenda. Nada de dejar desperdigadas las notas, los avisos, el amontonamiento de cosas. Cobran vida propia y se convierten en fiscales que nos vigilan y ordenan hacer cosas. Es preciso ocuparse de una cosa de cada vez y dejar las otras «fuera de la vista» ( si las quitamos de la vista, las sustraemos a la mente).

14. Alternar las actividades. Nos deben ocupar pero no preocupar. Nada prolongado en exclusiva, ni siquiera lo que nos guste. Nada de partidas de ajedrez largas, ni de ordenar colecciones, ni leer un libro hasta agotarlo para batir un record… Cambiando la actividad, la mente se «reinicia» con frescor.

Y si descansamos la mente, nos sentiremos cargados de energía y listos para afrontar la vida diaria. Y si lo combinamos con sencillas actividades naturales que liberan endorfinas y eliminan el estrés seremos felices y la transmitiremos a los demás. Un mundo mejor para todos.la felicidad

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