Ese es el título de la última obra de Alberto Zurrón (La esfera de los libros, 2024). Una ensalada de sexo, libros y extravagancias satisface al lector más exigente. Si además el autor ha realizado una profunda inmersión en las biografías de centenares de escritores, y sabe ponerlas hábilmente en conexión usando la sal y pimienta que son la poesía y el humor, el lector disfrutará de lo lindo.
Su autor ha tenido la gentileza de invitarme, junto al artista Juan Méjica y el escritor Diego Medrano, para el acto de presentación que tendrá lugar este jueves, 4 de julio, a las 19,30 horas en el Club LA NUEVA ESPAÑA, C/ Leopoldo Sotelo, 7, en Oviedo.
Seremos los tres mosqueteros quienes, convencidos y saciados de anécdotas sabrosas, defenderemos a capa y espada las excelencias de la obra, e intentaremos asomarnos a una obra que en sí misma es un viaje al mundo interior y experiencias de los escritores fuera de su obra. Balzac, Twain, Dickens, Hemingway, Flaubert, Thoreau, Kafka, Dickens, Melville, Borges, García Márquez, Orwell, Chejov, Tolstoi, Capote, George Sand, Lewis Carrol, Isak Dinesen, etcétera. Anécdotas, sucedidos, leyendas, emociones, gozos y sombras… Mucha humanidad imperfecta, teatral, pecadora, impulsiva, timorata, caprichosa, generosa…. Por algo el subtítulo anuncia la «Historia salvaje de los grandes escritores».
La personalidad de cada autor siempre zumba y revolotea sobre su obra, sea escritor, artista, músico o director de cine. En el caso de los escritores las obras no empiezan en la portada, sino que comienzan con el nacimiento de su autor, pues lo que es y lo que ha experimentado o reflexionado durante su vida, es lo que se manifestará de forma directa o indirecta en la novela, poesía o drama (aunque frecuentísimamente pasará desapercibida esta huella personal para el lector e incluso para el propio autor).
Además de esas subliminales trazas de la vida del autor que encierra cada una de sus obras, cada escritor afamado suele ser protagonista de biografías y autobiografías, que discretamente mienten sin ponerse coloradas, verbalizan pensamientos del personaje, reinventan la historia para hacerla más amable u odiosa, o dan cuenta de lo que se da por hecho o supuesto. No es fácil extraer perlas de esa fronda de historias, historietas y leyendas en torno a cada escritor consagrado. Tampoco es fácil engarzar tantísimas perlas de tantos autores en el collar de un único libro que las compendia.
Se precisa de un artesano literario, con vena poética, como Alberto Zurrón, un escritor curtido, enamorado de los autores de los que habla, que ha invertido “sangre, sudor y lágrimas” en leer y anotar vidas ajenas, y que disfruta enlazando sucesos aderezándolos con gracejo, consiguiendo hablarnos con suavidad de grandes verdades y provocarnos sorpresa tras sorpresa, que nos lleva a la lectura ávida de toda la obra.
En suma, Alberto Zurrón se encarga de llevarnos de la mano a países, paisajes, viviendas, despachos y plazas, donde nos muestra en primeros y personales planos, la cara oculta de la obra literaria de grandes escritores, y lo hace provocándonos sonrisa y asombro. Sí, sonrisa y asombro, los dos ingredientes mágicos de la felicidad de todo lector.
Allí estaremos mañana jueves, para comentar su obra y admirarle, como merece por esta colosal catedral de amenidad y contando con el privilegio de la presencia del autor. Bienvenidos al acto.
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