Claves para ser feliz Encrucijadas vitales

No eres el único que planea tu vida

images (33)No recuerdo quien decía que aunque tengamos un plan para nuestra vida, a veces la vida tiene un plan distinto para nosotros.

Viene al caso por las recientes inundaciones en Sant Llorenç (Mallorca) que han cosechado muerte y desolación y que invitan a la reflexión. No hacerlo y cambiar de canal hacia el First Dates o el Teletienda resulta frívolo, infantil y dice bien poco de eso que se llama conciencia.

   Es cierto que veíamos como el huracán Michael asolaba Florida, como un tsunami en Indonesia se llevaba mas de dos mil vidas, un terremoto en Hokkaido (Japón) dejaba tres millones de viviendas sin luz y trescientos muertos, el atentado del maratón de Boston en 2013 dejo un rastro de casi trescientos heridos … Todos estos desastres (naturales o de la mano del hombre) los veíamos desde el sofá como quien ve Odisea o National Geographic. Los veíamos perplejos, con seria atención pero sin la angustia propia de la preocupación que llama a las puertas. Cosa de la distancia.

   Sin embargo el caso de las inundaciones de Mallorca nos acerca el suceso y las víctimas porque lo que mas nos impacta subliminalmente es la coincidencia de la proximidad de su situación con la nuestra.

origin_88805000361-649x390Y es que las personas que son objeto de la noticia y los que las vemos compartimos la calidad de vida e inercias de una España avanzada en la que no esperamos grandes sacudidas de la vida. Con llegar a fin de mes, sobrevivir al trabajo y poder mantener la rutina diaria y el ciclo de eventos familiares y sociales, nos bastaba. Pero a ellos les ha tocado.

Unos circulaban con su vehículo y una mano invisible les ha empujado calle abajo en un torrente del que no se sabía su origen ni cuando se pararía. Otros estaban en sus casas almorzando y no llegaron a la digestión. Los más huían de la calle, corrían a los pisos superiores, se agarraban a árboles o postes con desesperación. Nadie pensaba que eso podía suceder. Ni en sus peores pesadillas.

Dando un salto temporal y circunstancial enorme hacia el pasado me recordó la erupción del Vesubio en el año 79 d.C. en que una mezcla hirviente de lava, fango y ceniza inundó calles y viviendas de Pompeya y Herculano, sorprendiendo a sus habitantes y sepultándoles en poses instantáneas. Una lección de la historia sobre el peso del azar, la fuerza de la naturaleza, la brevedad de la vida y como no, sobre la importancia de las cosas. La importancia del presente y la necesidad de sembrar calidez para que los que nos sobrevivan cosechen un buen recuerdo nuestro.

images (35)   Pero no hacen falta grandes desastres para que cambie nuestra vida, porque dentro de un año quizá algunos de los que leen esto o el que lo escribe, o los que no lo leen, quizá estén en el lugar donde todos vamos pero nadie quiere ir,  por haberse caído una teja de un edificio, por un atropello de alguien con copas de más, una inundación inesperada, un tumor alevoso o porque el reloj del corazón ya no tenga mas cuerda. Quién sabe.

  En fin, valga esta reflexión para insistir una vez más en que la hoja de ruta de nuestra vida es un mero anteproyecto sujeto a las fuerzas de eso que unos llaman destino y otros, buena o mala suerte según lo que toque. No se trata de caer en la agonía de un frenético carpe diem sino sencillamente en valorar más el corto plazo y lo inmediato así como las cosas pequeñas. Sentirse vivos, el lujo de ver gratis el sol y el cielo o un paisaje natural, el dulce espejismo de unas vacaciones próximas, tener una familia que cuenta con nosotros, algunos amigos que se acuerdan de si existimos o incluso poder pagarnos pequeños y baratos caprichos con solo desenfundar la cartera, pero sobre todo, no debemos olvidar el valioso regalo de poder decidir por nosotros mismos lo que hacemos con nuestro tiempo y nuestras vidas (libertad de la que han carecido infinidad de nuestros predecesores). Como expuse en su día, ni anclado en el pasado ni suspirando por el futuro.

0No incurramos en la ligereza reflexiva del pavo de la fábula del filósofo Bertrand Russel que puesto que cada día le daban de comer a las doce del mediodía dedujo que era una verdad absoluta, con la que podía contar, que todos los días comería a esa hora. Esa conclusión lógica resultó válida hasta que llegó la víspera de Navidad, en que las doce del mediodía en vez de darle de comer al pavo, el pavo fue la comida.

2 comentarios

  1. Me gustaría pensar que hemos sido muchas personas las que nos hemos planteado estas ideas a raíz de lo sucedido pero,porque dura sólo un instante? Porque tardamos tan poco en volver a nuestra realidad, a nuestro día a día?somos menos humanos cada vez?

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  2. Calderón lo dijo muy bonito: «……más sea verdad o sueño, obrar bien es lo que importa, si fuera verdad por serlo, si no, para hacer amigos para cuando despertemos»

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