Claves para ser feliz

Tascas, tabernas y mesones para las mejores ocasiones

cuadroLos bares siempre han sido puerto de abrigo de la soledad, lugar de encuentro de colegas, y parada y fonda donde dar rienda suelta a ese grato aturdimiento que provocan unas cañas, unos vinos u otra degustación.

Posiblemente no hay diván de psiquiatra mas barato que la barra de un bar, ni puente entre personalidades mas sólido que el que se teje compartiendo unas copas y unas raciones.

Sin embargo los tiempos cambian, y conviene estar al día de la terminología de estos «puertos húmedos».

1. No me gustan las máquinas de vending, que ofrecen bebida por moneda, sin atención personal ni conversación, ni reposo.

Ni que decir tiene que tampoco me gustan los “botellódromos” o lugares abiertos e BOTELLODROMOincluso habilitados por Ayuntamientos, donde los jóvenes se entregan a beber por litros, convirtiendo en meta la ingesta de todo lo bebestible.

Tampoco me gustan los MacDonald y similares supermercados de bebida o alimentación, tan funcionales y artificiosos.

2. Acepto los establecimientos de nueva ola, chic, grunge, vintage u otra etiqueta al uso, donde todo parece tan armónico, inmaculado y perfecto que tras la degustación del vino (vinoteca) o café (cafeteca) o caña (cerveteca) no queda más que irse y dejar sitio a otro, pues son lugares donde parece que el producto eclipsa al cliente.

3. En cambio, me encantan los lugares tabernarios. Lo confieso. Populares, cálidos y de precios asequibles.

Me hacen sentir cómodo con el local tan maltrecho como es el propio mundo, cómodos con la actitud cálida del camarero, cómodo con las sorpresas de las tapas, raciones y bebidas como sorpresas depara la vida (¡Ay Dios, bien lo sabe Pedro Navaja!).

4. Por eso, me parece útil compartir algo que a muchos les resultará evidente, y es la distinción entre “taberna”, “tasca”, “mesón” chigre” y bar.

Ello sin olvidar esa otra distinción básica entre la “tapa” y la “ración”, aquélla de menor tamaño que ésta, pero que en su origen la tapa era un obsequio del tabernero cuya proporción dependía de su generosidad o tacañería, de lo que pudiera tener de excedente del día anterior, o de la condición de cliente habitual o no del consumidor.

TASCA GALLEGA
TASCA GALLEGA

La “tasca” es el establecimiento donde se consume de pie, sin mesas ni sillas, sino acodado a la barra.

El “bodegón” es el establecimiento donde se consume de pie, al igual que la tasca pero en el marco de una bodega, con barriles y tinajas, y donde se sirve bebida joven y bronca.

La “taberna” es el establecimiento de apariencia tradicional, donde preferentemente se sirven bebidas (vino o sidra, cerveza u orujo normalmente), aunque se puede acompañar de “tapas o raciones”.

El “mesón” es el establecimiento de apariencia tradicional, donde lo preferente es servir comidas a personas de paso, aunque no falta la bebida.

El “chigre” es la denominación aplicada en Asturias a la “taberna” caracterizada por el hecho de escanciarse sidra. La denominación de “chigre” responde al aparato de abrir las sidras que va fijado a la pared, y que procede del mundo marinero donde esos brazos mecánicos se usaban para achicar agua en el bote,

BODEGA CASA DE GUARDIA-  MÁLAGA
BODEGA CASA DE GUARDIA-
MÁLAGA

Todos ellos suelen compartir el mostrador de madera, ajada y gastada, o de cinc, para facilitar su limpieza rápida y barata.

Mas lejos queda el “chiringuito”, que es un tendejón, kiosko o puesto de bebidas al aire libre y donde se ofrece a demanda, sin especial dedicación al servicio de bebidas, y donde la clientela es temporal o discontinua.

Por si de recomendar se trata, me atrevo a sugerir en Coruña, la mezcla de tasca, mesón, bodega y restaurante, con sabor antiguo y cocina estupenda a precio razonable, Adega O, Carreteiro (Avda. Los Caídos 11-13).

ÁGAPE EN EL CARRETEIRO
ÁGAPE EN EL CARRETEIRO

5. Nos queda el mas coloquial y amplio término de bar, cuyo origen nos lo explica este estupendo post, en los siguientes términos

De EEUU nos llega BAR, de “barra”, en su origen asociado al lugar de encuentro de las poblaciones americanas. Alexis de Tocqueville, en Quince días en las soledades americanas, prácticamente un diario de viaje escrito en 1831, cuando los parajes de los Grandes Lagos todavía eran zona de acción de los pioneros americanos, nos descubre el bar-room; han llegado al alojamiento en Pontiac:

(…) y como de costumbre nos introdujeron en lo que se conoce como el bar-room. Se trata de una sala donde se sirven bebidas y en la que se reúnen para fumar, beber y charlar de política desde el obrero más humilde hasta el más rico comerciante del lugar en un ambiente de igualdad aparentemente perfecto”.

6. Y ahora ya podemos hablar con propiedad, o mejor, “beber con propiedad”. Yo por si acaso, desconfío de las “vinotecas” igual que de los vendedores trajeados y sonrientes que me elogian sin conocerme, y prefiero mis lugares tabernarios, y si conozco al barman, estilo “Cheers” pues maravilloso. Al fin y al cabo, a veces el bar es la prolongación del espacio vital personal.

En cualquier caso, la canción de Gabinete Caligary decía maravillosamente aquello de:

Bares, que lugares/

Tan gratos para conversar /

No hay como el calor del amor en un bar.

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